Regreso

Aaaaaaaahhhhhhhhhhhhh, Siiiiiiiiiiiiiiiiii, Dios!!! , Cómo te extrañé!!!.
Interjecciones obvias, frases típicas, clásicas estiradas de piernas, brazos abiertos, culo pa’ bajo, mirada al techo, etc. Todo forma parte del ritual cuando llegamos de vacaciones y nos acostamos en nuestra querida cama dejándo caer nuestros cansados cuerpos sobre el perfecto colchón, ese objeto que es testigo preferencial de los mas íntimos sueños, fantasías, guerras y otras yerbas. Digo perfecto, puesto que en vacaciones los colchones son más duros que los que usaban nuestros antepasados allá por la era de hielo hace miles de años. Las camas son artesanalmente camufladas por expertos restauradores, para ocultar toda imperfección. Salvo hoteles de puta madre, el resto y las camas de los deptos alquilados son una tumba de piedra con almohadas inflexibles de cualquier forma. Encima si decidimos tomar un poco de sol acostados nuestra espalda sufre las molduras de la arena ardiente y las reposeras (en realidad sí existe una, la buena, la mejor, nunca está disponible) nos marcan senderos como si hubieramos invernado como osos toda la tarde.
Valga entonces el extasiado suspiro al echarnos sobre nuestra camita.
Me saco un poco la arena que aún tengo pegada en los pies, pongo el aire acondicionado, cierro los ojos, intento dormir un rato. Mientras, pienso como estará el blog y mis amigos bloggeros después de tantos días.
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Mi tiempo

Todo tiene un principio y un fin, y éste fin se convierte en un nuevo principio.
A cada paso del tiempo, digamos un instante, un año, un siglo, se abren nuevos caminos de principios y fines.
El tiempo hace que la vida sea circular, la vida es un reloj entonces. A cada ser le llega finalmente su ciclo pero desconocemos cuando.
Me enrosco, luego pienso y trato de elucidar el paso de mis agujas. Luego vuelvo a enroscarme y de nuevo salgo victorioso pero me canso al hacerlo y cada vez me cuesta más. El punto es que mis agujas avanzan lentamente ante tantas dificultades; me temo que al final de mi ciclo habré avanzado menos de lo esperado, mejor dicho menos de lo soñado. Para eso debo aprender más de mis tropiezos e intentar no caer en ellos. No me voy a complicar la vida cayendo en situaciones en que no podré salir.
No quiero un impaciente principio que aceche mi fin como un verdugo de mis actos. Se lo haré más difícil, me aferraré a la vida.

De Elthon John y U2 hasta León Gieco

Cuenta la leyenda que algunos adinerados humanos
pagan la friolera cifra de un millón de dólares
por tener en su fiesta privada a Sir Elthon John
sentado en su piano endulzando los oídos de sus huéspedes.
La extravagancia de éstos subnormales supera mi capacidad
de ahorros de acá a 3.500 millones de años. Y a mi qué?.
Cada loco con su tema dice Joan Manuel.
U2, el genial grupo de rock, toca en Buenos Aires el
2 de Marzo próximo. Recuerdo que vinieron hace unos 6
años atrás y me quedé con las ganas de ir a verlos, la
empresa me había enviado al exterior a trabajar justo esa
semana. Me quería morir. Para mí el disco "Achtung Baby"
de U2 es de los mejores en la historia del rock.
Hace unos días pusieron a la venta las entradas.
Me quedé helado al ver los precios. Acceder al campo cuesta
180 mangos (60 dólares). Desorbitados mis ojos,
incrédulos nosotros, sus seguidores.
Este grupo, mas allá de su música, es emblemático por
sus letras, su ayuda al tercer mundo, la lucha por las
desigualdades sociales y raciales, hasta le habian
querido dar el nobel de la paz.
En fin, Bono y sus muchachos se olvidaron donde tocan, solo
los adinerados humanos de Argentina podrán alzarse con una
entrada, el cual no es mi caso.
Mejor escuchar y seguir a León Gieco, de pibe iba a sus
recitales, un tipo genial, humilde, tan vigente como nunca.

Vacaciones YA!

Debería estar desesperado pero ni siquiera tengo fuerzas
para estarlo. Dejé todo el laburo de Diciembre (porque
tenía cero ganas) para Enero y por consiguiente se me
juntaron un montón de cosas.
La cuestión es que ahora, estamos en Enero y tengo una
palma (del latin cansancio) que ni les cuento.
Se me empieza a llenar la casilla de email del laburo y
sigo con la inercia de diciembre.
Con las pocas fuerzas, logré conectarme y escribir
estas líneas.
Creo que necesito unas vacaciones. Pronto, pronto,...