Tuesday, February 27, 2007

Carta a la familia


Mar del Ocio, 27 de Febrero.
Querida familia:
Antes que nada perdonenme por no haber escrito antes. Lo que ocurre es que estoy reventado de tanto trabajar, no tengo tiempo para nada, del trabajo a la pensión y de la pensión al trabajo, estoy muerto. Parezco un mediocre burgués, como si a mí no me gustara tener tiempo libre y distraerme en ésta hermosa ciudad, aunque no puedo describirla mucho, ya que no la recorrí. Imagínense lo penoso que es todo esto para mí que aún ni siquiera tuve tiempo de pisar la arena de la playa, mucho menos tocar el mar. Mi jefe me dijo la semana pasada que si sigo trabajando así, con esfuerzo y dedicación, es muy probable que me dieran un domingo de franco el mes que viene. Sí, ya lo sé, entonces no estoy tan mal, no debería ser desagradecido, tienen razón, solicitaré trabajar mas horas para demostrar mi gratitud.
Los dejo por el momento, el teléfono está que revienta.
El laburo me llama y encima veo que afuera hace un día espléndido de sol.

Los ama,
Pancho.

Wednesday, February 14, 2007

El despertador


La noche puede ser larga pero él aguarda pacientemente el momento indicado.
Permanece inmóvil, agazapado como un felino, en la oscura quietud.
Mientras tanto, el tiempo va recorriendo los caminos de la providencia.
Afuera, el amanecer se vislumbra y el aire frío comienza a calentarse.
Dentro, el descanso se acaba para uno y llega para otro.
Suena a las siete en punto. Ni un segundo más ni un segundo menos.
Tal cual pactamos la noche anterior. Él no perdona ni se olvida, es muy responsable.
Para mí, ajustar la hora 07:00 es un acto frío y calculador, pero para él, despertarme para ir a trabajar es un acto humano y sagrado.
Ahora, él quedará perdido en una insoportable levedad, sin alma, a la espera de un nuevo pacto.

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